lunes, 30 de enero de 2012

Cortesía obligatoria.

Es obvio que la clientela que acude a diario a los talleres y exposiciones ha cambiado. Podríamos definirla como una clientela 2.0, probablemente menos experta que la 1.0 en situaciones prácticas, con dificultades para cambiar una rueda en caso de emergencia, pero con una gran ventaja; fuentes de conocimiento que adecuadamente utilizadas pueden suponer la peor de las pesadillas del comercial, recepcionista de taller, mecánico o recambista. 

Seguramente, siempre ha existido el cliente informado, el mas listo de la clase, con el que había que prestar especial cuidado a los detalles, y no resbalarse en las explicaciones. Esos niveles de exigencia mínimos han subido, pero nada debe dejar al buen profesional en fuera de juego. Del mismo modo que el cliente se prepara, así debe hacerlo el trabajador, recomendando, llegado el caso, fuentes fiables de información. Todo vale para colocar de tu lado la ventaja.

Sin embargo, a pesar de la preparación, hay situaciones heredadas de los tiempos de bonanza, especialmente difíciles de negociar con el cliente, (sea de la versión que sea), como la gestión de los denominados coches de cortesía. Hace 7 u 8 años, raro era el día y la ciudad en la que no encontrabas un "coche de cortesía" aparcado o circulando entre rotondas. Con el apoyo de las compañías aseguradoras, y con una función mas que loable, los talleres empezaron a disponer de unas pequeñas flotas con las que atender a aquellos clientes especiales, que no dispusiesen de otro medio de transporte durante reparaciones de larga duración.





Con el paso del tiempo, se convirtió en rutina llevar el coche al taller y exigir gratuitamente un coche de sustitución independientemente de que hubiera por medio parte amistoso, siniestro grave o la más somera reparación de mantenimiento. En un ágil movimiento, después de haber creado el hábito, las aseguradoras se retiraron del mantenimiento de aquellas flotas, dejando a los talleres la responsabilidad de gestionar y sostener, una carga, ahora insostenible.
 
Tal y como ocurre con el consumo de películas, series y otros contenidos online, las opciones para reconducir ese habito son casi siempre mal acogidas; nadie paga por gusto lo que antes era gratis. No han cuajado los alquileres por horas de los mencionados coches de sustitución, o el servicio de transporte puntual al cliente, aunque si se aprecia una incipiente tendencia, el servicio de recogida y entrega del vehículo a domicilio, cuyo coste puede ser camuflado en la tarifa de reparación, en la mayoría de las ocasiones como mano de obra.

En cualquier caso, es una mera anécdota que pretende reflejar dos cosas. Una, que tal y como decía el malogrado Steve Jobs, "uno no sabe lo que necesita hasta que lo tiene", y dos, los premios o beneficios dejan de ser tales cuando se convierte en algo rutinario, y de carácter general, corriendo el riesgo de que sea admitido por todos como el comportamiento obligatorio.

martes, 17 de enero de 2012

El filtro antipartículas

            La primera entrada didáctica de este blog tiene como objeto el FAP o DPF (“Diesel Particulate Filter). Siglas asociadas al filtro antipartículas, elemento que difícilmente ubica el usuario y cuya efectividad queda, en determinadas ocasiones, en entredicho. Para no faltar a la verdad, diremos que parte de la información y sobre todo las imágenes explicativas pertenecen a la web de Peugeot, marca perteneciente al grupo PSA, que se distingue por la elaboración de uno de los mejores motores diesel de las dos últimas décadas, el HDi.

¿Cuál es su función? 

Podríamos describirlo como un elemento integrado en el sistema de escape, hecho de carburo de silicio, que capta y almacena residuos no quemados en la combustión para eliminarlos posteriormente de forma regular en una fase denominada de regeneración. De este modo se reduce la emisión de micro partículas contaminantes, como monóxido de carbono, hidrocarburos, u óxidos de nitrógeno. Como muestra de la importancia de este dispositivo, basta con citar que desde 2009 todos los fabricantes de coches incluyen de serie el filtro antipartículas diesel, obligados por la Administración, para cumplir con las normativas europeas en materia de contaminación


Si analizamos en profundidad sus funciones, además de la obvia, este dispositivo, reduce la emisión de humos en el escape y la temperatura de los gases en la combustión (hasta 900 ºC). Además, de forma indirecta, reduce las emisiones acústicas y el consumo, mejorando rendimiento, potencia y par.


 ¿Dónde se ubica?

El elemento filtrante se sitúa en el camino de los gases tras el pre-catalizador, su disposición geométrica obliga a circular el gas por las paredes porosas reteniendo las mencionadas partículas. Sin embargo, el sistema completo es algo más complejo, consta de sensores que permiten conocer el estado del filtro y software de control para dirigir la regeneración.



            El proceso de regeneración:

A medida que la cantidad de partículas aumenta, el paso del aire se dificulta haciéndose imprescindible una limpieza automática. La regeneración espontánea del filtro, provocada por la electrónica de gestión del motor, o catalizada por algún aditivo, supedita su éxito a la temperatura y al número de veces que se ha regenerado previamente.

El escenario ideal es la autopista, donde se alcanzan temperaturas elevadas y no se realizan aceleraciones bruscas. El intervalo entre regeneraciones oscila entre los 400 y los 1000 km en función del tipo de conducción, y la operación dura entre 2 y 3 minutos sin suponer, en teoría, ninguna incomodidad al usuario.

La utilidad de estos filtros queda en entredicho especialmente cuando el uso del automóvil se reduce a trayectos cortos, con continuas aceleraciones y frenadas y donde la producción de partículas es excesiva. Las escasas oportunidades para regenerar el filtro, (ni se alcanzan las temperaturas ni se mantienen las condiciones durante el proceso), pueden provocar el deterioro del filtro, habitualmente asociado a un molesto aviso luminoso, que se traduce en pérdida de capacidad de salida y un aumento de revoluciones al ralentí.




Mantenimiento:

La vida útil del filtro cuando el vehículo se mueve mayoritariamente por la autovía puede alcanzar los 200.000 km. Por el contrario, la conducción constante por ciudad puede acortarla hasta los 5.000 km. En cualquier caso, el filtro antipartículas se convierte en una pieza más de la lista de rotación quincenal de los almacenes de recambios.

Aunque típicamente tienen una garantía de un año, un mantenimiento adecuado, puede alargarle la vida. Peugeot, por ejemplo preconiza el aceite TOTAL QUARTZ ECS 5W30, con bajo contenido en cenizas fosfatadas, fósforo y azufre.

Si llega el momento de sustituirlo, podemos encontrarnos con precios que superan con facilidad los 500 €, o simples recargas del catalizador por 150 €, pero existen otras alternativas como la que ofrece IRESA ingeniería: “la sustitución de la pastilla de silicio por una nueva, desaconsejando cualquier tipo de lavado manual, argumentando que estos últimos podrían ocasionar daños colaterales, por una apertura paulatina de los canales de paso”.

            Esperamos haber resuelto las dudas, o haberos despertado la curiosidad sobre el filtro antipartículas. Para completar la información, finalizamos el post con un video que explica el sistema utilizado por Renault.








martes, 3 de enero de 2012

2012. Odisea en el espacio de la Automoción.

Ni oficio, ni beneficio…

Con la que está cayendo y aprovechando las facilidades que proporcionan los impresionantes avances tecnológicos, surge este modesto blog. No seremos pioneros, ni pretendemos ser el foco de atención, no es nuestro oficio, ni buscamos beneficio. Nos basta con ser una más de esas iniciativas 2.0 que nacen para cubrir necesidades. Cumplimos con el perfil, jóvenes, menores de 30, inherentemente inconformistas que a pesar de disfrutar de un valioso trabajo, queremos aprender e intercambiar información y puntos de vista.
               
 ¿Porqué sobre automoción?

Tres hechos fundamentales son los que provocan el salto a Twitter de “Coches y Talleres” y posteriormente a un blog de contenido 100 % original.

El primero, desmitificar al amante del automóvil. No todo es tunning, ni CVs, ni videos de accidentes, ni alerones, ni watios de sonido. Es un sector de los más completos que existen, en constante movimiento y difícil de controlar. Como muestra, un simple botón, el control electrónico. Aliado y enemigo de talleres oficiales y manitas ocasionales que ven truncados sus impulsos.

El segundo, el reto personal de comprobar si una iniciativa como esta tiene un sitio. ¿Cuánto tiempo requiere? ¿Qué impresión causa? ¿Cuál es la evolución en seguimiento? ¿Cómo de complicado es elaborar un contenido original? ¿Es bidireccional?

El tercero y no menos importante, aportar a quien no tiene un experto en la familia, una visión sencilla del sector, con comparativas de precios y modelos, con notas técnicas sobre determinados elementos y procedimientos del automóvil. ¿Quién sabe cambiar las ruedas? ¿Quién sabe para qué sirve el FAP (filtro anti partículas)? Sin olvidar informar sobre la incipiente oferta de híbridos y eléctricos.

Objetivos a corto plazo:

Tras cumplir la tercera semana en Twitter (@cochesytalleres) y comprobar que realmente existe un flujo de información apasionante, (muchos documentos por leer), surge ahora un blog de soporte gratuito que permita participar activamente en este flujo. Alcanzar prácticamente la cuarentena de seguidores sin dedicarle más de 1hora y 6 tuits diarios, nos anima. El avatar ha nacido, ahora hay que alimentarlo. Alimentarlo con un blog que pretende albergar contenido original y que no descarta convertirse en web con dominio propio en función de la evolución del mismo. Publicar semanalmente, es el objetivo fundamental, y que la información sea interesante es imprescindible. Por eso, en la medida de lo posible, recogeremos peticiones para elaborar los post. Como somos parte activa, estamos abiertos a sugerencias y prometemos ofrecer lo mejor de nosotros.